Texto e imagen de Esteba Herrera
Publicado el 05-07-2016
Tumipampa
es considerada por la historiografía inca como el segundo asentamiento más
importante del Tahuantinsuyo. Su construcción fue obra de Huayna Cápac[1] quien
determinó que la zona denominada en el período preincásico como Guapondelic era
la más apropiada para la institución de un emplazamiento que se posicione como
cabeza del Imperio del Piru inferior[2].
Probablemente, el cariño que el Inca prodigó a este territorio se debió -según
la versión de varios historiadores- a que este fue el sitio de su natalicio[3].
Las crónicas remarcan las suntuosas
edificaciones de esta ciudad por ejemplo aquí existió un sector denominado Pumapungo,
el cual puede definirse como una suerte de barrio conformado por templos
destinados al culto religioso y construcciones que albergaron las funciones
militares, políticas y administrativas[4].
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Complejo arqueológico Pumapungo |
Por otro lado, existió un complejo de
grandes palacios que se nombró Mullo Cancha en el que sus edificios tenían
paredes internas revestidas por cuentezuelas fabricadas a base de conchas del
mar, mientras que las externas estaban forradas por puntas de cristal; además,
aquí hubo un templo con pisos y muros cubiertos de oro al igual que una estatua
de gran naturalismo que representaba a Mama Ocllo[5].
Para el poblamiento de Tumipampa se
designó al pueblo cañari y su planificación urbana siguió los mismos parámetros
del Cuzco. El declive de esta urbe comenzó a raíz del enfrentamiento entre los
hijos de su fundador, Huáscar y Atahualpa, ya que el primero tenía de su lado a
los cañaris y en revancha el segundo quemó la ciudad[6].
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