lunes, 1 de agosto de 2016

EL ORÁCULO DE SAN FRANCISCO

Por Dániaba Montesinos
Fotos de Andrés Sánchez

Sin reloj, sin fecha ni calendario, al pasar por la plaza de San Francisco,  adivino la hora… deber ser temprano todavía; don Genaro prepara agüitas de sábila diagonal a la puerta de la iglesia de El Carmen pero para encontrar su carrito de hierbas medicinales debo madrugar porque a las ocho llega la Guardia Ciudadana y los ambulantes corren… don Genaro mueve sus trastos a la Plaza junto a los curanderos entre otavaleños y casetas metálicas.

Espero la bebida y observo; los betuneros han llegado; en una silla de ruedas-bicicleta alguien desayuna; ancianas milenarias se persignan; floristas afanosas embellecen sus quioscos; actividad efervescente en la Plaza de las Flores. Una voz ronca me saca del ensueño: ¡ya está!, esto le limpia hígado, riñones, colesterol, metales pesados y le trae amor salud y dinero.

Son pasadas las ocho y apuro un trago que voy tarde ¡imposible avanzar! una muchedumbre grita, se agolpa, se apretuja y sin más, se separa; unos cuantos siguen a un “jefe”. Hordas de albañiles se congregan en la Plaza, con mochila al hombro y herramientas gastadas buscan trabajo; el séquito desayuna secos, ceviches, encebollados, batidos con huevo de codorniz y poni malta mientras esperan un “jefecito”; un predicador invita al arrepentimiento para calmar la ira del Señor; y el furgoncito de movistar anuncia nuevas ofertas mientras sigo en mi forcejeo para caminar: ¡lunes otra vez!

Fluye la semana…martes: se cura del espanto y del mal de ojo; miércoles: venta de guitarras frente a la iglesia de San Francisco; jueves: peras y manzanas de San Bartolomé; viernes; artesanas toquilleras y plantas junto a las casetas de batidos; la jornada terminó.

Y con tanto ajetreo la garganta se seca, me provocan las agüitas del don Genaro... todavía está en la Plaza, en el parqueadero municipal, aunque ya se dispone a partir. Son las doce, platicamos, echo un trago y ¡hasta mañana! ¿Mañana? pero si es sábado y no tengo trabajo, quizá ¿este viernes se hizo lunes por la cantidad de albañiles? o ¿la Plaza predice la realidad económica de la Ciudad?

Así como el clima y sus estaciones, el movimiento en la Plaza y sus protagonistas modelan el engranaje de un reloj etéreo e imaginario que cadencia el devenir de los habitantes del barrio San Francisco, de aquellos que lo frecuentamos y del corazón de la Cuenca antigua.


Venta ambulante de hierbas medicinales en la plaza San Francisco

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