Por Sonia Arévalo
Fotografías de Andrés Sánchez
Siempre consideré a Cuenca
especial y atractiva, una ciudad privilegiada por su riqueza natural y cultural.
Como arquitecta creí que pese a la pérdida de construcciones y espacios públicos
tradicionales, como parte de los desafíos afrontados por el centro histórico,
se había logrado mantener una parte significativa del patrimonio cultural
edificado.
Sin embargo, ante nuevas
tecnologías que hacen posible observar la Ciudad de manera panorámica, no sólo
la cubierta de una edificación, un espacio público específico o uno de los
parques tradicionales; sino el conjunto visto desde una nueva perspectiva, me
pregunto: ¿cuál es el estado actual de su vista aérea?, ¿cómo se integra lo
edificado al entorno natural?, ¿cómo se proyecta hacia el cielo lo que se
construye en la tierra? Las respuestas a estas interrogantes evidencian el
estado alarmante en el que se encuentra la quinta fachada.
¿Qué es la quinta fachada?
Toda edificación tiene cuatro frentes expuestos según su tipología, pero hay
otro que es invisible al observador desde la calle: la cubierta. Ésta, sumada a
las de otros inmuebles, espacios verdes, parques, calles y las actividades de
los habitantes, observados desde el aire, constituyen la quinta fachada.
Los orígenes de la Ciudad están
en el casco antiguo, junto con la tradición y cultura reflejadas en
edificaciones patrimoniales que cuentan la historia a través de materiales como
la teja. Sin embargo, en la actualidad Cuenca
antigua pierde su color y con ello su identidad cultural evidenciada en el
quebranto gradual del recubrimiento de teja de arcilla artesanal, elaborada por
familias enteras, padres e hijos para quienes, durante años y por generaciones,
ha constituido la única fuente de ingreso que ahora pende de un hilo. A esta
situación se suman los agregados: culatas de bloque; terrazas de hormigón con
chimeneas, cisternas, lavanderías, antenas; y espacios convertidos en bodegas
que exhiben el deterioro de la quinta fachada. Se pierden también los espacios
verdes, patios, traspatios y huertos de varias edificaciones patrimoniales;
muchos de ellos transformados en parqueaderos que desmejoran la imagen aérea,
la calidad ambiental y subrayan la falta de integración al entorno natural.
Los propietarios,
profesionales y ciudadanos debemos ser conscientes de las afecciones causadas
por intervenciones no apropiadas en las cubiertas. ¿Cómo mantener la fisonomía
propia del casco histórico? Con el objetivo de descubrir vías apropiadas para
enfrentar la situación de manera acertada, el Departamento de Investigación de
la Dirección de Áreas Históricas y Patrimoniales está llevando a cabo un
proyecto que será fundamental para la futura preservación y recuperación de la
quinta fachada.
Valorar, recuperar,
conservar y mejorar el Patrimonio cultural edificado son estrategias
imprescindibles para mantener el rostro de la ciudad vieja y mostrar lo que
fuimos y lo que somos como un crisol de etapas históricas, aspectos que serán
tratados en las siguientes entregas sobre este tema.
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Desde el barrio San Francisco hacia el oeste de Cuenca, Ecuador |
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Desde el barrio San Francisco hacia el norte de Cuenca, Ecuador |
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